21 janeiro 2004

Mi Idela

Si como yo te quiero, me quisieras,
atracción de mi espiritu, alma mía,
y aun muerto el sol de mi postrero día
fidelidad para mi amor tuvieras,

conmigo en un idilio, compartieras
mi vino, donde hierve la alegría;
mis sueños, donde flota la poesía;
mi hogar, lleno de dichas placenteras.

Dividieras la suerte que me ampara:
mi mesa, reluciente como un ara;
mi lecho, en que la gloria se divisa.

Para cantar, partiéramos el canto;
para llorar, partiéramos el llanto;
para reír, partiéramos la risa.


Salvador Rueda
(1857-1933)

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