En un momento la cantidad del depósito superior de la ampolleta se hizo mucho menor de lo que antes era, los granos minúsculos se precipitaban velozmente hacia la abertura, cada uno queriendo salir más deprisa que los compañeros, el tiempo es igualito que las personas, hay ocasiones en que le cuesta arrastrar las piernas, pero otras veces corre como un gamo y salta como un cabrito, lo que, si nos fijamos bien, no es decir mucho, ya que la onza, o guepardo, es el más veloz de los animales y a nadie se le ha pasado jamás por la cabeza decir de otra persona Corre y salta como una onza, tal vez porque la primera comparación venga de los tiempos prestigiosos de la baja edad media, cuando los caballeros iban de montería y todavía no habían visto correr a un guepardo ni tenían noticia de su existencia. Los lenguajes son conservadores, van siempre con los archivos a cuestas y detestan las actualizaciones.
José Saramago. Ensayo sobre la lucidez.
22 setembro 2004
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