Mi Idela
Si como yo te quiero, me quisieras,
atracción de mi espiritu, alma mía,
y aun muerto el sol de mi postrero día
fidelidad para mi amor tuvieras,
conmigo en un idilio, compartieras
mi vino, donde hierve la alegría;
mis sueños, donde flota la poesía;
mi hogar, lleno de dichas placenteras.
Dividieras la suerte que me ampara:
mi mesa, reluciente como un ara;
mi lecho, en que la gloria se divisa.
Para cantar, partiéramos el canto;
para llorar, partiéramos el llanto;
para reír, partiéramos la risa.
Salvador Rueda
(1857-1933)
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