Cuando Sancho oyó las palabras de su amo...
“Mi favorita –explica José Saramago– es la escena de los batanes, que está en el capítulo XX. Por el miedo de Sancho, por la simulada valentía de Quijote, por creer que la cosa es una y al final es otra; por la carcajada que di cuando la leí por primera vez. Y también por la noche, por la soledad de los dos pobres diablos de quienes la realidad se está riendo.”
“Cuando Sancho oyó las palabras de su amo, comenzó a llorar con la mayor ternura del mundo, y a decirle: Señor, yo no sé porque quiere vuestra merced acometer esta tan tenebrosa aventura; ahora es de noche, aquí no nos ve nadie, bien podemos torcer el camino y desviarnos del peligro, aunque no bebamos en tres días; y pues no hay quien nos vea, menos habrá quien nos note de cobardes: cuanto más que yo he oído muchas veces predicar al cura de nuestro lugar, que vuestra merced muy bien conoce, que quien busca el peligro perece en él: así que no es bien tentar a Dios acometiendo tan desaforado hecho, donde no se puede escapar sino por milagro; y basta lo que ha hecho el cielo con vuestra merced en librarle de ser manteado como yo lo fui, y en sacarle vencedor, libre y salvo entre tantos enemigos como acompañaban al difunto; y cuando todo esto no mueva ni ablande ese duro corazón, muévale el pensar que apenas se habrá vuestra merced apartado de aquí, cuando yo de miedo dé mi ánima a quien quisiera llevarla. Yo salí de mi tierra, y dejé hijos y mujer por venir a servir a vuestra merced, creyendo valer más, y no menos; ; pero como la cudicia rompe el saco [18], a mí me ha rasgado mis esperanzas, pues cuando más vivas las tenía de alcanzar aquella negra y malhadada ínsula que tantas veces vuestra merced me ha prometido, veo que en pago y trueco della me quiere ahora dejar en un lugar tan apartado del trato humano. Por un solo Dios, señor mío, que non se me faga tal desaguisado; y ya que del todo no quiera vuestra merced desistir de acometer este fecho, dilátelo a lo menos hasta la mañana, que, a lo que a mí me muestra la ciencia que aprendí cuando era pastor, no debe de haber desde aquí al alba tres horas, porque la boca de la bocina está encima de la cabeza y hace la media noche en la línea del brazo izquierdo."
[READ ON]
[As a post-scriptum, Saramago read an excerpt of El Quijote in Portuguese during the Dia del Libro festivities in Barcelona]
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